María Inmaculada

La Inmaculada fue esculpida en madera por el escultor Escamilla sobre 1942.

Su tamaño es menor al natural, las vestiduras también están talladas. Fue un encargo personal del Padre Trenas que la hizo llegar a la Hermandad. La Imagen fue restaurada por Antonio García Romero en 1995.

Al autorizarse por Palacio Arzobispal la inclusión de la Inmaculada en título de la Hermandad como cotitular, la imagen fue trasladada al actual altar, que se estrenó el 6 de marzo de 2000.

San Francisco Javier

Fue un obsequio de la Comunidad de las Agustinas Misioneras, se trata de una talla en madera de poco mas del metro de altura

Está representado de pie, con barba y bigote. Viste sotana, roquete y estola y porta en su mano izquierda una cruz a la que dirige su mirada. Se ignora el autor y se estima fue tallado sobre 1800.

En la fecha de la donación se encontraba en muy mal estado y fue sometido a una total restauración, consolidando y reponiéndole los dedos que le faltaban e imprimiéndole una nueva policromía por el restaurador Juan Carlos Sanz Jiménez.